lunes, 27 de septiembre de 2010

Perros y Vaginas

(No apto para mentes frágiles)

Debo confesar que mi familiaridad con la zoofilia siempre ha sido bastante limitada, ortodoja quizás, por pensar que tal cosa sucede sólo cuando un hombre se halla solo en una montaña y no encuentra más remedio que follar con las ovejas. Sin embargo, mientras divagaba pensando en qué escribir para este blog pensé en qué sucedía cuando fluidos humanos tomaban contacto con fluidos no humanos… y recordé una historia escuchada hace años, seguramente a una amiga de una amigo de un primo de un tío, que me remitió a prácticas mucho más cotidianas que lo que imaginaba en un principio.

El asunto hablaba de una mujer con un perro y un marido que viajaba mucho, digamos que el hombre trabajaba en una mina y bajaba a ver a su compañera cada 15 días. La mujer pasaba mucho tiempo sola, junto a su perro, y en una de esas ocasiones éste se le acercó, subió sus patas delanteras a su regazo y de la nada comenzó a lamerla en la entrepierna, lo que de raro no tiene nada, bien sabido es que los perros incurren en este tipo de expresiones de afecto con humanos en los que confían. En fin, en pocas palabras, la mujer se halló sola pensando en lo sucedido y luego se vio untándose manjar en la vagina y esperando con las piernas abiertas a que su perro –seguro un grande, como un labrador o algo por el estilo- hundiera en ella su lengua rasposa y llena de energía, para llenarla de saliva animal y orgasmos… evidentemente luego el perro se sobrepasó y la penetró, derramando todo su semen (que según leo suele ser bastante abundante) dentro de la mujer. 

Ok, tiene bastante de mito urbano, pero ¿qué pasa cuando semen animal se junta con los flujos de una vagina excitada? Me imagino que no es posible embarazarse de un perro, asumo que por eso lo que más preocupa a “los expertos” (= gente que pulula por la red dando indicaciones) es pegarse una infección, con el semen o con la saliva del perro. Con todo eso, de igual modo hay quienes lo consideran una práctica… no digamos que higiénica, pero tampoco sucia, como la mujer (asumo será mujer) que redactó este MINUCIOSO INSTRUCTIVO (http://www.orgasmatrix.com/blog/noticias/sexo-animal-zoofilia/) sobre cómo hacerlo con un perro, con detalles como las mejores posiciones para ser penetrada, los tamaños de pene según la raza y las bondades del bulbo; región situada en la base del pene canino que se ensancha a medida que el perro se excita y que luego se introduce en la vagina de la hembra, dejando al sabueso en cuestión y su pareja –humana o animal- “pegados”.

Ay, y yo que nunca he tenido perros. Juzgue usted.

jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Lágrimas?

(Una entrada emo)

Las lágrimas –quizá como la sangre- parecieran ser fluidos mucho más sublimes que otras más bien relacionadas a su función de desecho (aunque estas últimas merezcan basto, e incluso más reconocimiento). Son fluidos ligados al dolor, al esfuerzo, a cierto tipo de incontinencia de una emoción o de la carne. Cuando aparecen resienten, delatan, vulneran y desnudan.

Hay veces en que las lágrimas se estancan, en que deciden no salir, esconderse al curtirse una persona de la vida diaria, incapaz de sobrecogerse, de incorporarse, de calentarse con algo. Las lágrimas son propias de gente apasionada, estallar es de quienes están volcados… o susceptibles, o entregados. En cambio los enajenados están duros, gobernados y en control.

Valorar una cosa o la otra es cuestión de alternativas.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

BURBUJAS VAGINALES NINJAS!

El flujo vaginal es importante, de él depende la lubricación de la vagina. A veces es mucho -cuando la mina está muy caliente- y otras no tanto, como cuando se llevan 5 horas tirando. Pero eso siempre se puede solucionar con un poco de lubricante (ojalá al agua) o en el peor de los casos, con saliva.

En fin, en este video el flujo vaginal va al ataque. E incluso sigue saliendo cuando la ninja ya ha muerto, hasta inundar la pantalla.



sábado, 18 de septiembre de 2010

Producto de la caña

(Suena de fondo: Te deum, programación especial para gente con caña)

En estos días de “bicentenario” lo único que se puede hacer es andar enfiestado. El que diga que la perorata nacionalista tiene algún otro sentido que no sea comer y tomar hasta la idiotez –con los beneficios comerciales que eso conlleva para el capital- no entiende ná.

El caso es que proponerse estar borracho (y drogado) 4 días seguidos no es menor, sobre todo porque ello también implica estar 4 días seguidos con caña. O sea, la cagadera matutina. Porque uno puede no tener el cuerpo cortado, no tener dolor de cabeza, pero la caca en la mañana es no es evadible. Esa que sale con propulsión a chorro, violenta; esa de la que yo seré presa en unos momentos cuando empiece a bajar el desayuno después del los terremotos de anoche. Porque no hay peor cagada que la de vino flaite, ese tinto que deja negro el wáter como si uno tuviera una hemorragia intestinal del tamaño de todo el tubo digestivo. 

Ahora, si uno anduvo mezclando destilados con fermentados, o se ganó en la fonda uno de esos copetes cumas color verde fosforescente, entonces lo mejor es hacerse la idea de unas arcadas incontenibles tipo 5 am. Y si es con cagadera, todo al mismo tiempo, mejor todavía. ¿Quién no se ha visto abrazando al ídolo de loza, tirado al lado de la taza de wáter, tratando de pararse antes de hacerse caca en el acto? ¿O bien sentado, cagándose solo mientras con una bolsita espera al vómito monumental que se acerca?

En fin, voy a terminar esta entrada ahora mismo, me he parado ya 2 veces al baño mientras la escribo y tengo que conseguir llegar a un asadito familiar aún. Unas chelitas, un cuete y la guata como nueva, ¿o no?



lunes, 13 de septiembre de 2010

Caca en las termas

Esto ocurrió cuando yo tenía más o menos 10 años, al igual que los demás participantes de esta hazaña. Para efectos de la historia, diremos que mi familia y yo estábamos de vacaciones; mi papá, mi madrastra, mi hermano, un primo y yo acampando en una terma en algún lugar de la séptima región.

Mi papá y mi madrastra habían decidido salir a subir el cerro después de almuerzo. Por lo general nosotros a esa hora nos quedábamos solos jugando, no teníamos mayores problemas y todo era más bien seguro… Así andaba la cosa cuando ocurrieron los hechos.

Al primo no lo habíamos visto desde hace un rato. Mi hermano y yo figurábamos jugando en las piscinas de agua fría, ya se imaginarán que de niño uno no quiere saber de máscaras de barro y de baños de vapor. Estábamos en eso cuando mi estimado primo, que andaba por ahí lejos, apareció de repente llamándonos a mi hermano y a mí desesperado. Tanta era su cara de angustia que nos hizo salir de la piscina y volver al campamento (imaginándonos una hueá realmente grave) y una vez allá, nos explicó lleno de congoja que aunque había intentado con todas sus fuerzas mantener el culo apretado desde el primer retorcijón, el ataque había sido tan repentino y fulminante que no alcanzó a hacer más que el gesto de salir del agua cuando descubrió que se había cagado en la piscina.

Bueno, nosotros nos cagamos de la risa, mira el hueón cagón, las cosas que uno puede hacer de desesperado… Ya podíamos ver a la vieja más siútica de la terma echándose caquita en la cara pensando en que le iba a quitar los puntos negros y estirarle el cutis. Estuvimos doblados de risa en el suelo hasta que nos dolió la guata y evidentemente, no escuchamos nada más de lo que el primo nos tenía que decir… 

Cuando logró que le pusiéramos atención de nuevo nos soltó la verdadera cagada. Para desgracia del primo, el mojón resultó ser uno de esos que flotan, por lo que liberar a Willy en aquellas transparentes aguas, nos explicó –con palabras mucho menos finas-, habría significado la delación de su crimen ipso facto. Cuento corto, el primo no encontró nada mejor que traernos el zurullo donde mismo había sido depositado; en el traje de baño que el primo aún traía puesto… 

Sacar la caca –ya molida- del traje de baño, meterla en una bolsa y botarla lejos creo que me hizo menos gracia en ese momento que ahora, no había nadie más a quién recurrir y de pronto me pareció sentir pena por el primo y su cara de vergüenza; no recuerdo más risas después de eso. Nunca más volvimos a hablar asunto y nunca nadie se enteró…


¿Qué es liberar a Willy? Veálo en este link: 

http://elplop.com/?search=liberar%20a%20willy


domingo, 12 de septiembre de 2010

Tragando semen

Es como de película porno –tema del que yo sé muy poco, creo que esto hasta tiene un nombre especial- eso de tener una mina muy depilada al centro de un círculo y que un montón de súper hombres con penes de 20 cm de largo por 7 de ancho le eyaculen en la cara. Me imagino que eso a la larga repercute en las fantasías de la gente que ve películas porno. O sea, sospecho que hay un montón de hombres esperando a que sus mujeres hagan lo mismo, poniendo la misma mueca desfigurada de placer… De las mujeres, la verdad es que nunca he oído a una de ellas decir que le pone cachonda esa escena. Pero las mujeres ven poco porno, ¿o no? Creencia popular.

Cuando he preguntado a mis amiguitas, niñas muy dijes por lo demás, casi siempre me dicen que no les gusta mucho chuparles la cosita al compañero, es más bien una práctica retributiva en el marco de alguna otra acción sexual previa, generalmente un buen sexo oral que merezca gratificación. Y ni hablar de dejarlos eyacular en su boca y tragarse el semen, es casi motivo de arcada. Es como “sucio”, medieval idea aún arraigada en la moral de tanta gente. De sexo gay no voy a hablar porque me late que por ahí la cosa va distinta…

No sé, a mi versión masculina le encantaría terminar en la boca de alguien y a la femenina tampoco le molesta la idea de alguien follándole la boca y acabando ahí. Además, el semen es rico en proteínas y minerales; una sustancia sumamente nutritiva decía mi profesora de biología de la enseñanza media. Y yo le creo, no puedo no hacerlo si recuerdo cómo ella se limpiaba las comisuras de los labios al decirlo. Obvio que le encantaba tragárselo todo todito. Sabia mujer.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Olorosaos!

La gente (digo en general) tiende a rechazar los olores que exuda el cuerpo cuando emite ciertas sustancias, particularmente caca y sudor, pero honestamente, ¿a quién no le gusta el olor de su propia caca cuando sabanea un “gas” al calorcito mañanero de la cama? ¿O levantar el brazo y sentir ese aroma a no bañarse desde hace tres días? 

El mundo como que se queja cuando alguien anda fuerte y si es mucho hasta se alejan de uno en la micro, pero yo insisto en que es más cuento que verdad eso de que realmente sea molesto. No es que sea de lo más grato que a uno le pongan la axila en la cara en pleno y sudoroso verano, pero igual que hay olores nauseabundos – como el sudor de enfermo- los hay otros bien ricos, a mi me gusta un poco el olor a ala de cierta gente cuando uno casi hasta puede saborearlos, e incluso escuché de alguien una vez, una historia de un amigo de un amigo que se enamoró de su polola porque a ella le gustaba el olor de sus peos. 

Puras feromonas.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

¡No hay confort!

Es bastante común aunque nadie lo habla mucho, más bien es como si todo el mundo pretendiera “hacerse el hueón” y hacer como si nada –volver al grupo de amigos, a integrarse en sociedad con cara de hice pipí no más- luego de sobrevivir a alguna de estas memorables hazañas. Pero la verdad es que todo el mundo ha llegado desesperado a hacer caca y una vez evacuada la mierdecilla, se ha dado cuenta de que no tiene confort para poder limpiarse la canaleta

Parece que resulta humillante decir, cuando uno no está en su casa, "oye, ¿tráeme confort porque me cagué y no tengo con qué limpiarme?". Uno por lo general decide enfrentar solo el problema y estoicamente pensar en alternativas mientras en las nalgas esperan los restos de la obra. En fin, uno comienza a buscar soluciones que de preferencia no tengan que ver con limpiarse con las manos o con, derechamente, salir todo cagado del baño. 

En primera instancia, yo consideraría seriamente la posibilidad de ocupar el clásico protector diario -raro invento que persigue atajar las secreciones vaginales para que no manchen el calzón- por su parecido con el papel higiénico, pero es muy posible que no sea suficiente y además, no es de uso transversal… lo que necesariamente me lleva a preguntarme qué ocurriría en esta situación si uno anduviese con la regla, no quiero ni imaginármelo.

¿Y sacarse los calzoncillos/calzones para limpiarse el culo y aplicarse con una rauda pasada por entre las nalgas? O los calcetines… siempre esperando, bajo buen augurio, que la obra no haya andado muy "húmeda", o la necesidad de algunas repasadas sería inevitable. Pero eso implica desde ya renunciar a la prenda en cuestión, con mayores o menores inconvenientes…

Buena idea puede ser también lavarse con el agua del wáter, que debiese estar limpia después de tirar la cadena... ¿o no? Coger con la manito pequeñas positas de agua hasta enjugar las asentaderas en su totalidad. Eso sí, asumiendo quedar con el potito y los calzones mojados durante el rato posterior a la evacuación.

Lo otro es hacer uso de cualquier papel disponible, ojalá no uno de los que están en el basurero. Quizá una boleta de supermercado, una hoja de cuaderno, pero nadie garantiza que no se le irrite el popó después. En la casa de mi abuelita ocupaban las páginas amarillas cuando no había plata para comprar unos rollos de Noble. Duele un poquito, uno queda un poco maltrecho pero al fin y al cabo con el poto limpio.

Aquí este video de Los Mox en donde es usada la "técnica del calcetín".

martes, 7 de septiembre de 2010

Moquitos

Todo el mundo como que le hace asco a los mocos y le da color cuando alguien se saca uno en público. Pero la verdad es que todos se meten el dedo en la nariz cuando están solos, protegidos de miradas conservadoras: ¿o me van a decir que nunca han tenido un moquito pegado, pero pegado, hasta la desesperación en el bordecito de la nariz? Es cierto que la consistencia no es lo que más los acompaña, pero tampoco son así como el colmo de lo repugnante. Todos se han comido un moco.

Síii… ¿llorando? ¿Sorbeteando el resfriado cuando no tiene con qué sonarse? ¿Su alergia?... Bueno y si no lo ha hecho aún, sáquese uno y pruébelo, no es tan terrible, puede hacerlo en la privacidad de su pieza, o en el baño, mi moco y yo. Sacarse el moco y metérselo a la boca. Los mocos son salados, no saben mal, saben igual a las lágrimas. Me imagino que las lagañas saben parecido…

Porque si usted se saca el moquito y no tiene un papelito o un basurero donde dejarlo, ¿qué hace? ¿Lo hace una bolita y lo tira lejos? ¿O lo pega debajo de la mesa? ¿Y cuando tiene un “pollo”? Es de rotos andar tirando pollos en la calle… si quiere ser una señorita, un lolo educado, debe tragar. 

De la nariz a la boca
Los mocos tienen colores. Mocos con sangre de nariz, mocos blancos –después de un jale-, mocos amarillos de resfrío, mocos muy verdes y sanos. Mocos duros, mocos como plasticina, mocos desintegrados (sí, de esos que hay que hacer bolita porque se pegotean), mocos que son pura agua. Son tiernos los mocos. Los niños siempre se los comen. ¿Nunca escuchó ese chiste en que el moquito es amenazado con un “¡Sale, te tenemos rodeado!” y uno con todos los dedos alrededor de la nariz? Típico que el muy desgraciado no se rendía nunca. Entonces había que entrar y sacarlo, por largo que sea, aunque la raíz llegue hasta lo más profundo de la nariz. Y respirar.