La gente (digo en general) tiende a rechazar los olores que exuda el cuerpo cuando emite ciertas sustancias, particularmente caca y sudor, pero honestamente, ¿a quién no le gusta el olor de su propia caca cuando sabanea un “gas” al calorcito mañanero de la cama? ¿O levantar el brazo y sentir ese aroma a no bañarse desde hace tres días?
El mundo como que se queja cuando alguien anda fuerte y si es mucho hasta se alejan de uno en la micro, pero yo insisto en que es más cuento que verdad eso de que realmente sea molesto. No es que sea de lo más grato que a uno le pongan la axila en la cara en pleno y sudoroso verano, pero igual que hay olores nauseabundos – como el sudor de enfermo- los hay otros bien ricos, a mi me gusta un poco el olor a ala de cierta gente cuando uno casi hasta puede saborearlos, e incluso escuché de alguien una vez, una historia de un amigo de un amigo que se enamoró de su polola porque a ella le gustaba el olor de sus peos.
Puras feromonas.
A mi me encanta el olor a mis peos. Cuando no salen como el olor me da rabia y hago harta fuerza para que salga otro. Y después me dan ganas de hacer caca, claro. Es maravilloso.
ResponderEliminarTambién me gusta el olor a pata de algunas personas, pero no el del sudor viejo en el calceltín, sino el de la piel. Es uno olor súper profundo que sale cuando uno aspira con fuerza y la nariz bien pegada a la carne. Especialmente entre los dedos es delicioso.
Bien Chío, es 11 y publicay eso. La web 2.0 hace estragos en el trago, tal como digo y nadie me entiende lo mal q hace todo esto.
ResponderEliminarÝ en cuanto a los odores, yo debo admitir (y hasta un amigo de Diego pino -q tu debes cachar, Chío- sabe esto) que una vez olí un peo ajeno que me gustó caleta, y de un compañero muy particular q tenía en el colegio.
ResponderEliminarA mi no me gustan los perfumes. En los hombres, me gusta el olor a MASHO, me pone caliente. Pa mi es ritual ineludible en el acto sexual el lamerle la axila al otro, y un buen beso negro no es tal si el culo del MASHO en cuestión no está sudado, así recién salido del gimnasio.
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